Hasta hace 20 años, en el mundo de la construcción, sólo existía la cerámica conocida también como pasta roja. La llegada del porcelanato fue por los 90’s. ¿Por cuál debes decidirte?

El porcelanato trajo nuevos diseños gracias a la posibilidad de una cocción a una temperatura más elevada, creando una gran ventaja para este piso. Éste se caracteriza por su resistencia a temperaturas bajas por lo que se recomienda para áreas donde son susceptibles a un clima frío.

El piso cerámico, tiene mayor absorción de agua que el porcelanato por lo que no se recomienda para áreas exteriores. Si quieres saber cómo identificarlos, es muy sencillo: vierte agua sobre la superficie y si la absorbe, tienes delante de ti un piso cerámico.

Si se trata de durabilidad, el porcelanato es mucho más duro que la cerámica. Su modo de fabricación resulta en un piso mucho más compacto y denso lo que lo hace más resistente. Ideal para áreas de tráfico pesado.

Aunque ambos pisos están hechos de arcilla y otros materiales naturales, la arcilla que se usa en el porcelanato es más refinada y purificada lo que la hace más durable. Si lo que buscas es algo que dure por años, el porcelanato sería una excelente elección.

Si buscas un toque brilloso, los pisos cerámicos tienen acabado de esmalte y son ideales para tráfico muy ligero ya que son propensos al desgaste y astillado.
Sin duda, sea cual sea el piso de tu elección, traerá elegancia a tu hogar. Sólo considera el uso que les darás.